Internet nos brinda casi a diario todo tipo de montajes dedicados al séptimo arte; la mayoría son corrientes e irrelevantes pero de vez en cuando surge algo especial. El español Jorge Luengo (no confundir con el ilusionista de la ceja blanca) es responsable de la pieza que os traigo en esta entrada, una recopilación de homenajes cinéfilos incluidos en las películas de Pixar.
Pixar hace cine para todos los públicos. Divierten y emocionan a espectadores de todas las edades, y mientras los niños se quedan con lo más superficial de la acción y el humor, los adultos podemos deleitarnos con el virtuosismo técnico o acceder a otras lecturas que nos mantienen igualmente pegados a la pantalla. Entre sus imágenes, plagadas de detalles, hay referencias a obras maestras como 'Ciudadano Kane', 'Vértigo', 'Star Wars', 'Alien' o 'Blade Runner'. Disfrutadlas en este fantástico vídeo:
Luengo aclara que ha dejado fuera un largometraje, 'Bichos' ('A Bug´s Life'), porque su historia contiene homenajes constantes a 'Los siete samuráis' ('Shichinin no Samurai'). Quizá os suene el nombre del autor de esta pieza, un joven de 22 años apasionado del montaje que ya dio que hablar este año al firmar otro sensacional vídeo que rinde homenaje al maestro de la luz Emmanuel Lubezki. Si no lo habéis visto, aquí lo tenéis:
Un rápido repaso a la trayectoria de Roger Donaldson, cineasta australiano que comenzó su actividad a finales de los setenta, nos devuelve una filmografía a la que el epíteto ecléctico se le queda muy, pero que muy corto: y para ello sólo hay que atender a extremos tan dispares de su producción —tanto en calidad y género— como 'Motín a bordo' ('The Bounty', 1984), 'Cocktail' (id, 1987), 'Un pueblo llamado Dante's Peak' ('Dante's Peak', 1997) o la cinta que nos ocupa hoy.
Único título de ciencia-ficción de una carrera que, como digo, ha tocado palos desde la comedia al thriller —acaso el género en el que más ha insistido—, pasando por el drama o el cine de catástrofes, 'Species' (id, 1995) es, sin lugar a dudas, uno de los puntos más bajos del cineasta junto a esa chorrada monumental sobre un barman con enormes aspiraciones rodada a mayor gloria del Tom Cruise de los ochenta.
H.R.Giger, no hay nada más que decir
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Recuerdo con bastante claridad que en su momento, hace dos décadas, y en los meses previos a su estreno en octubre de 1995 —su estreno en España, cabría precisar—, el mensaje en el que más insistió la campaña publicitaria de 'Species' fue el que el extraterrestre al que ponía bello rostro en su versión humana —rostro y nada más, cabría añadir— la espectacular Natasha Henstridge, venía diseñado por ese mago de las pesadillas ilustradas y esculpidas que fue H.R.Giger.
Huelga decir que si tanto se insistía en la colaboración del artista suizo era por la inmensa fama que éste había alcanzado gracias al espectacular, revolucionario y legendario diseño del xenoformo que, a aquellas alturas, ya había causado estragos en la vida de Ellen Ripley en las dos magistrales ocasiones en que habíamos viajado a los confines del espacio de la mano de Ridley Scott y James Cameron.
Con tamaña baza de como respaldo, queda claro que los amantes del género íbamos a acudir sin pensárnoslo dos veces a esta propuesta ideada por Dennis Feldman —el mismo escritor que en los ochenta había llevado a Eddie Murphy al Tibet o que, cuatro años más tarde del presente filme, se hundiría en la mayor de las miserias— que gira en torno a un experimento en el que se ha creado vida gracias a una transmisión extraterrestre en la que se explica como mezclar ADN humano con extraterrestre (sic).
'Species', mala con repuntes de infumable
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Tan descabellada idea de partida —que, quién sabe, bien podría haber funcionado en las manos adecuadas— deviene aquí en un horrendo ejercicio cinematográfico en el que uno no sabe qué es peor, si los derroteros por los que va discurriendo la acción, las paupérrimas formas que Donaldson demuestra tras el objetivo, los agujeros tamaño Gran Cañón del Colorado que tiene el guión o lo mediocre en términos genéricos del trabajo que llevan a cabo los integrantes del reparto.
Conformado éste último por un Ben Kingsley que no podía estar más perdido, un Michael Madsen que parece que se limita a repetir si papel de Mr.Blonde de 'Reservoir Dogs' (id, Quentin Tarantino, 1992), un Alfred Molina completamente desubicado o ese "émpata" al que da vida —eufemismo— un Forest Whitaker en el que es el peor personaje del filme, es no obstante sobre los diálogos que se derivan del libreto donde hay que verter mayor responsabilidad.
Lo poco creíble de los mismos —perlas incuestionables son todas las aseveraciones que salen de boca de Whitaker o la cháchara científica que manejan Kignsley y Marg Helgenberger— hace que, al poco de haber comenzado la proyección, uno se cuestione abandonar el barco. Si no lo hace, y decide "sufrir" hasta el final, lo que le espera es una cinta con una clarísima vocación: que el contar con Giger no se limite al diseño del personaje y se traduzca en un homenaje a una buena parte de la personalidad de 'Alien, el octavo pasajero' ('Alien', 1979).
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Y cuando hablo de homenaje en realidad quiero decir "copia casi descarada" ya que, llegado el tercer acto, todo lo que trasciende en el subsuelo de Los Ángeles y en cómo los protagonistas intentan dar caza al letal experimento apesta, y si la habéis visto sabréis hasta qué punto, a refrito mal planteado y peor cocinado de los pasillos de la Nostromo y el enfrentamiento entre sus tripulantes y el extraterrestre que éstos encuentran en el LV-426.
Si para colmo a tan mal olor añadimos el que se desprende de unos efectos visuales generados por ordenador que hacen que echemos de menos, y cómo, al tipo disfrazado del filme de Scott, y añadimos al conjunto lo absurdo del calentón que guía las acciones de la extraterrestre, que lo mejor que puede decirse de 'Species' es que la banda sonora compuesta por Christopher Young es pasable —nada que ver con los soberbios ejemplos para el cine de terror que el músico había escrito para las cintas de Clive Barker— da una idea bastante precisa de lo que pudimos encontrarnos hace cuatro lustros en las salas de cine.
Y cuidado, que no se sabe muy bien por qué, pero hasta tres han sido las infectas secuelas que, entre 1998 y 2007 se han llegado a producir de este olvidable título. Cosas de Hollywood.
Si estás en Twitter, y eres de los que tiene la necesidad de consultar diariamente lo que se cuece allí (como un servidor), seguro que viste mensajes con el hashtag#fav7films. La revista Empire inició esta cadena que consistía en escribir los títulos de tus 7 películas favoritas; varios famosos también aportaron sus listas y, con este impulso, la idea se hizo viral.
Hoy podemos echar un vistazo a los resultados. Sorprendentes y curiosos, sin duda, ya que pudo votar cualquier persona con acceso a Internet y una cuenta en la red social. Lo más llamativo es el triunfo de un film que apenas tiene 8 años, 'El caballero oscuro' ('The Dark Knight') con más de 5.000 menciones. Es evidente que este gran espectáculo dejó una fuerte huella en el público aunque imagino que influido el reciente estreno de 'Escuadrón suicida' ('Suicide Squad', 2016), con otro Joker muy diferente al que nos presentó Christopher Nolan...
Los 15 títulos más mencionados
El caballero oscuro (The Dark Knight): 5.056 votos
Pulp Fiction: 4.966
Cadena perpetua (Shawshank Redemption): 4.910
El imperio contraataca (Star Wars: The Empire Strikes Back): 4.772
La trilogía El padrino (The Godfather): 4.604
Uno de los nuestros (Goodfellas): 3.877
La franquicia Alien: 3.730
El club de la lucha (Fight Club): 3.574
La saga Harry Potter: 2.757
Tiburón (Jaws): 2.622
Forrest Gump: 2.530
Parque Jurásico (Jurassic Park): 2.356
Blade Runner: 1.862
The Big Lebowski: 1.860
La saga Rocky: 1.807
¿Cuáles son tus 7 películas favoritas? Yo no quise participar porque es una jodienda innecesaria elegir tan pocas, pero lo hago ahora simplemente por unirme al juego, con una selección que mañana podría ser diferente si le doy más vueltas (ya me estoy arrepintiendo):
¡Qué bello es vivir! (It's A Wonderful Life), El Golpe (The Sting), La guerra de las galaxias (Star Wars), Manhattan, Blade Runner, Pulp Fiction y Deseando amar (In the Mood For Love).
Las 7 películas favoritas de directores y actores
@empiremagazine Godfather One flew over the cuckoos nest Graduate Angels with dirty faces It's a wonderful life Tootsie Spinal Tap
¡Feliz Navidad! Ridley Scott acaba de dejar un regalo a todos los amantes del cine. Sólo unos días después del primer vistazo a la secuela de 'Blade Runner', aquí tenemos el tráiler de 'Alien: Covenant', nueva entrega de la otra saga de ciencia-ficción iniciada por Scott, que también vuelve en 2017. La secuela de 'Prometheus' (2012), parece recuperar el tono del film original y su primer avance es escalofriante y brutal.
El mes pasado vimos el primer póster de la película, que vuelve a estar dirigida por Scott y donde repiten Michael Fassbender (por partida doble), Noomi Rapace y Guy Pearce. Las principales novedades del reparto son Katherine Waterston, Carmen Ejogo, Billy Crudup, Demián Bichir, Danny McBride y James Franco; curiosamente las dos primeras actrices coinciden también en otra superproducción, la estupenda 'Animales fantásticos y dónde encontrarlos', aún en cartelera.
Vídeo en español:
Vídeo en versión original con subtítulos:
En unas declaraciones para EW, Ridley Scott dice que, a diferencia de 'Prometheus', 'Alien: Covenant' responderá a todas las preguntas que plantea: "Va a mostraros quién lo hizo y por qué". "Es difícil asustar a la gente. Es mucho más fácil hacer reír. ¿Acojonar de verdad a alguien? Eso es difícil", ha declado Scott. ¿Estás de acuerdo con él, crees que asustar es más complicado que hacer reír?
'Alien Covenant' se estrena el 19 de mayo. El guion lo ha escrito John Logan ('Gladiator') a partir de una historia de Jack Paglen ('Transcendence') y Michael Green ('Green Lantern'). A continuación dejo la sinopsis oficial:
Con rumbo a un remoto planeta en la parte más alejada de la galaxia, la tripulación de la nave colonial Covenant descubre lo que parece ser un paraíso inexplorado, cuando en realidad es un oscuro y peligroso mundo — cuyo único habitante es el "sintético" David (Fassbender), superviviente de la maldita expedición Prometheus.
"Siempre he sido consciente de la voz en el cine. Creo que es casi el 50% de tus dotes como actor. Es tan importante como tu apariencia, desde luego en el teatro y posiblemente también en el cine. Si piensas en cualquiera de las grandes estrellas americanas, piensas en sus voces y en sus apariencias, cualquiera de ellos, desde Clark Gable a Rock Hudson."
Primer gran icono del cine que nos deja en 2017. John Hurtha fallecido a los 77 años. En 2015 se le diagnosticó cáncer de páncreas pero seguíamos viéndole en la gran pantalla, no dejaba de trabajar, y no queríamos creer que llegaría el día de su muerte. Tampoco era demasiado mayor pero la enfermedad ha acabado con él. Fue un actor extraordinario, carismático y versátil, y deja numerosos personajes por los que será recordado siempre.
Fue Rich en 'Un hombre para la eternidad' ('A Man for All Seasons', 1966), Timothy Evans en 'El estrangulador de Rillington Place' ('10 Rillington Place', 1971), Max en 'El expreso de medianoche' ('Midnight Express', 1978), Kane en 'Alien' (1979), John Merrick en 'El hombre elefante' ('The Elephant Man', 1980), William C. Irvine en 'La puerta del cielo' ('Heaven's Gate', 1980), Winston Smith en '1984' (1984), Trevor Bruttenholm en 'Hellboy' (2004) o el Sr. Ollivander en la saga 'Harry Potter'. En televisión, cabe destacar su Caligula en la miniserie 'Yo, Claudio' ('I, Claudius', 1976).
John Vincent Hurt nació un 22 de enero de 1940, en Chesterfield, Derbyshire, Inglaterra; comenzó a estudiar para dedicarse a la enseñanza pero decía que desde niño quería ser actor y se trasladó a Londres para perseguir su sueño. Fue nominado al Oscar en dos ocasiones, por 'El expreso de medianoche' y 'El hombre elefante'; por esos títulos optó también a los Globos de Oro, ganando uno por 'El expreso de medianoche'.
En los BAFTA vio más reconocido su trabajo. En total fue nominado 7 veces en los premios británicos y ganó en tres ocasiones; la primera por el telefilme 'El funcionario desnudo' ('The Naked Civil Servant', 1975) y después se impuso por las mismas dos películas con las que optó al Oscar. En 2012 recibió otro BAFTA, esta vez honorífico, por su contribución al cine británico. En 2015 fue nombrado Caballero por la Reina Isabel II.
A continuación dejo algunas reacciones en Twitter de amigos, compañeros y célebres fans de John Hurt:
John Hurt. Too many iconic performances to name. From Timothy Evans to John Merrick, from Midnight Express to Alien, he was inspirational. pic.twitter.com/qOQuj35Xlf
Rest in Peace to the actor genius #JohnHurt. Most folks know him from ALIEN but I loved him as Sir Richard Rich from A Man for All Seasons. pic.twitter.com/DvOoftaijH
Falleció John Hurt, una leyenda de la interpretación. Tan vulnerable a veces como imponente otras, siempre digno, profundamente humano. DEP. pic.twitter.com/jBaFJythjg
La semana pasada nos enteramos de que treinta investigadores de todo el mundo han descubierto uno de los avances de la ciencia de los astros más importantes en décadas. Al parecer, la no tan lejana estrella TRAPPIST-1 tiene siete pequeños planetas con tamaños similares a la tierra orbitando a su alrededor. Además, en tres de ellos, se estima que se darían las condiciones para albergar vida.
Nuevos mundos, nuevas formas de vida, nuevas posibilidades para el cine. Es la mejor excusa para hacer un repaso a los planetas del cine fantástico más excitantes, peligrosos, terroríficos, locos, salvajes y raros. Más de un siglo de cine dan para muchas tierras lejanas en las que imaginar, aquí hemos recopilado un puñado de ellos:
Altair IV - 'Planeta Prohibido' (Forbidden Planet, 1956)
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Altair IV en el sistema estelar Altair, es uno de los planetas de ficción mas influyentes, no solo por que proponía una superficie abandonada, misteriosa y con una escala gigantesca para los tiempos, sino que la película,en su concepción de misiones para explorar otros mundos fue el precedente directo de la serie 'Star Trek'.
Aura - 'Terror en el espacio' (Terrore nello spazio, 1965)
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Unas rocas de cartón piedra, una máquina de humo y focos de colores le bastaron a Mario Bava para crear uno de los planetas más misteriosos, siniestros y terroríficos del cine de ciencia ficción y terror. Su concepción, con cadáveres de extraños animales rondando dieron muchas ideas a los creadores de la saga Alien.
Solaris - 'Solaris' (1972)
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Solaris es uno de los pocos planetas con una extraña inteligencia propia. Un mundo etéreo y oceánico, apareció en la película rusa original (adaptada de la novela de Stanislaw Lem), así como el remake más reciente de Steven Soderbergh. El planeta parece capaz de alterar las mentes de cualquier persona y crear manifestaciones de aquellos que más echan de menos. El planeta cambia de color a medida que funciona su magia, e incluso puede alterar su propio campo gravitatorio cuando se ve amenazado.
Tatooine - 'La Guerra de las Galaxias' (Star Wars, 1977)
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La saga de Lucasfilm está llena de planetas exóticos y cada película ha añadido, al menos, un nuevo escenario en una galaxia muy, muy lejana. Tatooine fue el primero y posiblemente el más icónico. Un mundo del desierto que orbita en un sistema con dos soles. Es caliente, remoto, y poblado por moradores de las arenas, Jawas y Hutts mafiosos pero también hogar de dos grandes Jedi y con el más hermoso atardecer de toda la galaxia.
Krypton - 'Superman' (1978)
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Krypton es el lugar de nacimiento de Superman (o Kal-El, como era conocido allí). En las películas de Superman, Krypton se muestra como un mundo tecnológicamente avanzado cuyos habitantes son fríos y distantes. El original reflejaba esto bien, pues su arquitectura kryptoniana eran,principalmente, pilares rígidos y helados. El último Krypton visto en el cine es más exuberante y tiene naves, subliminalmente, con forma de órganos sexuales.
LV-426 - 'Alien. el octavo pasajero' (1979)
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LV-426 no es el planeta más apetecible del universo. Hace frío y a menudo, tormentas. Su atmósfera irrespirable y su terreno un pedregal.
La tripulación del Nostromo recibe una señal de auxilio pero sólo se encuentran con una colonia de Xenomorfos. Si obviamos la precuela, pensar que la raza de aliens es el único ser vivo capaz de vivir en ese tipo de planeta inhóspito es mucho más romántico que la solución aportada por su creador, Ridley Scott. Por cierto, ¿les suena la postal del paisaje a algo que hemos visto?
Génesis - Star Trek II - La ira de Khan (Star Trek 2: The Wrat o Khan, 1982)
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El Planeta Génesis fue una creación errónea, concebida como una posible solución al problema de la superpoblación galáctica, el mundo resultante contenía muchas de las variedades de ecosistemas de la Tierra, vegetación y patrones climáticos, pero demasiado apelotonados. Génesis era un diseño de protomateria inestable en el diseño, cuya matriz defectuosa causó que se separara después de una existencia muy breve, ayudando a Spock a volver a la vida.
Arrakis - Dune (1984)
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Dune transcurre en un lejano planeta desértico de un futuro lejano con familias en guerra, y la guerra por el control de la especia melange. El planeta posee unos habitantes peculiares, gusanos de arena gigantes,que son el menor de los duros dilemas que se encuentran los habitantes de un mundo tan estéril.
M6-117 - Pith Black (2000)
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Otro planeta arenoso y árido. Hay poca vida vegetal, poca agua y apenas suficiente oxígeno en la atmósfera para respirar. Se encuentra entre los tres soles de su sistema, y siempre es de día, excepto durante un largo eclipse total (algunos dicen que dura un mes, otros que una década) Durante este, casi toda la vida en el planeta es masacrada gracias a unas peligrosas criaturas llamadas Bioraptors.
Pandora - Avatar (2009)
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Pandora es una luna grande y boscosa que orbita sobre Polifemo en el sistema Alpha Centauri. Presenta un ecosistema diverso de plantas, animales y criaturas de todo tipo, Y hombres gato gigantes y azules que interactúan en una red neuronal compartida. Cuando el sol se pone, el planeta toma un brillo bio-luminiscente. Cameron casi inventa un libro de historia natural para esta película.
El mismo año que se estrena la esperada 'Blade Runner 2049' (íd., Denis Villeneuve), Ridley Scott vuelve sobre otra de sus películas más famosas con 'Alien: Covenant', que se estrena el próximo mes de mayo. No hay duda de que la secuela de 'Prometheus' (íd., 2012) y precuela de 'Alien' (íd., 1979) barrerá en taquilla. El film está en fase de post-producción y Scott ya piensa en sus siguientes proyectos.
Uno de los más llamativos es una película titulada 'The Cartel', que versará sobre el traficante de drogas Joaquín "El Chapo" Guzmán, encarcelado en una muy segura prisión mexicana de la que logró escapar en el 2001. Scott ha visitado varias localizaciones en Andalucía, a la que le ha cogido el gustillo a la hora de rodar, y ha elegido la vieja cárcel Cruz del Humilladero en Málaga para filmar allí la película.
Aunque aún no se sabe nada sobre 'The Cartel' más allá de la localización, hace año y medio se rumoreó que Leonardo DiCaprio estaba en negociaciones para protagonizarla. Ya veremos qué sucede con este film que se sube a la moda de los biopics sobre importantes traficantes, con la serie 'Narcos' en cabeza.
En cuanto a la saga 'Alien', Scott ha confirmado que la siguiente película ya tiene el guion escrito y que muy probablemente se ruede en el 2018. Será el tercer título de un total de cuatro que funcionan como saga precuela del mítico film de 1979. Con todo, el famoso director se ha aventurado a decir que si lo que eremos es toda una franquicia, él tiene material para otras seis películas. Según palabras del propio Scott, no piensa cerrar la saga de ninguna manera. No, por dios...
Ridley Scott había dirigido 19 películas antes de rodar 'Prometheus' (2012), con la que regresó al universo de uno de sus clásicos, 'Alien' (1979). Era su primera secuela (o precuela) y este año vuelve con otra, titulada 'Alien: Covenant'. A sus 79 años, parece extrañamente fascinado con la mitología de la saga ya que su intención es rodar cuatro entregas más.
Hace un par de semanas, Scott aseguró que ya está escrito el siguiente guion de la franquicia y, según parece, podría ser una precuela de la última; es decir, una historia entre 'Prometheus' y 'Alien: Covenant'. De hecho, Scott reveló en 2015 que quería rodar tres secuelas de 'Prometheus' y 20th Century Fox le corrigió aclarando que ésa y 'Covenant' formaban parte de una trilogía. Ahora vuelve a hablar para intentar dar sentido a este caótico plan...
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"[Sobre Alien: Covenant] Definitivamente es más sangrienta, y más lista. Lanzamos algunas cuestiones muy interesantes sobre la posición de la inteligencia artificial y la posibilidad de que se oponga a la condición humana, y se cruza con la zona del apartheid: un poco como Roy Batty siendo tratado como ciudadano de segunda clase. Y así es David. Lo instintivo fue crear a un ciudadano de segunda clase, incluso cuando es superior a todos los demás. Así que la manera natural de terminar Prometheus fue enviarles fuera juntos porque cuando piensas que tienes el final, lo mejor es dejarles vivos, en lugar de materles. Y Covenant empieza a responder quién y por qué."
Sabemos que Michael Fassbender repite su personaje de David en 'Alien: Covenant' pero en ninguno de los trailers vemos a Noomi Rapace, que daba vida a Elizabeth Shaw en 'Prometheus', y su nombre tampoco es mencionado en la sinopsis oficial. Ante la pregunta de si Shaw regresa en 'Covenant', Scott aclara lo siguiente: "Sí, en cierto modo. No del todo, pero en cierto modo. Era fundamental para lo que David lleva a cabo más tarde".
Confirmó que tiene otra película escrita y explicó el orden: "Prometheus, Awakening, Covenant". Así que 'Awakening' es el título del siguiente proyecto aunque podría cambiar más adelante, conviene recordar que Scott se refería inicialmente a 'Covenant' como 'Paradise Lost'. Sobre los planes de la franquicia dijo: "Habrá otra antes de que, literal y logísticamente, como las agujas de un reloj, nos pongamos atrás en dirección a Alien. Si ésta tiene éxito, y luego la siguiente, entonces seguro que habrá tres más".
Es decir, Ridley Scott planea crear dos trilogías de 'Alien', siempre con historias que transcurren antes de su obra maestra, que sería el destino. No entiendo del todo por qué hacen falta tantas películas pero supongo que el público dirá si son necesarias o no. ¿Qué opinas, crees que hay material para tanto o, al igual que las misiones de sus protagonista, el plan del director está condenado al fracaso?
'Life (Vida)', la nueva película de Daniel Espinosa, recupera una tradición de cine de ciencia-ficción con un corazón de puro terror. Pese a que los resultados no son todo lo originales que se podría esperar, la aventura definida como una mezcla entre 'Gravity' (2013) y 'Alien: El octavo pasajero' (Alien, 1979) tiene más de la segunda que de la primera, pero se enmarca dentro de un subgénero bastante común ambientado en el espacio exterior.
Repasemos algunos de sus mejores ejemplos con esta lista de 11 películas recomendables para los fans de la fantasía y el horror:
El Terror del Más Allá (It! The Terror from Beyond Space, 1958)
El precedente más obvio y clásico de 'Alien', con la típica expedición de regreso a la Tierra a la que antes de despegar de Marte se les cuela una criatura en el interior de la nave, ha sido la plantilla para el resto de estas películas. Su trama contada a lo largo del viaje, en la que el alien comienza a diezmar a la tripulación, es la piedra filosofal del terror espacial.
Terror en el espacio (Terrore nello spazio , 1965)
Un clásico de ciencia ficción con el estilo camp de los años 50 y el colorido glorioso del technicolor de los 60. Mario Bava sigue a una tripulación de astronautas que va en una misión de rescate a un planeta desolado. Los compañeros están muertos, pero los cuerpos de los difunto han sido reanimados por seres alienígenas. Numerosas pistas, de nuevo, para la posterior película de Scott.
Alien: el octavo pasajero (Alien, 1979)
La revolución ene este pequeño subgénero, a partir de este momento, todas las películas de la lista tienen su huella. La obra maestra de Ridley Scott y Dan O' Bannon tiene influencia en 'Life' y sigue produciendo episodios, precuelas, secuelas y proyectos que siguen siendo relevantes en el panorama comercial.
La galaxia del terror (Galaxy of Terror,1981)
A la sombra del éxito de 'Alien', esta producción de Roger Corman es de las propuestas más originales que surgieron a docenas. Una especie de 'It (Eso)' (1990) en el espacio en el que un grupo de viajeros espaciales se estrellan en un planeta que manifiesta las peores pesadillas de sus visitantes. En su reparto, futuros iconos del terror como Robert Englund o Sid Haig. La secuencia de la violación por un gusano gigante es de ver para creer.
Creature (1985)
Otro de los primeros clones de 'Alien', que mezcla body horror, sangre y la locura de Klaus Kinski, que aunque pase por aquí a recoger el cheque, logra atraer la atención de esta poco conocida serie B espacial dirigida por el añorado William Malone, por encima incluso de la criatura que le da título.
Horizonte Final (Event Horizon, 1997)
Antes de meterse en 'Resident Evil' (2001), Paul W.S Anderson se rebozó en 'Alien' y 'Hellraiser' (1987) para enhebrar la que todavía es su mejor película. Un Sam Neill que se vuelve loco mientras Laurence Fishburne corre por su vida en la que quizá es la única película de una nave espacial embrujada jamás hecha. Un clásico de culto.
Jason X (2001)
Después de ver nueve veces al zombi de Jason Voorhees con una máscara de hockey matando adolescentes, New Line puso un poco de sal en la saga 'Viernes 13' enviando al asesino al espacio. Cercana a la serie Z, es sorprendentemente divertida, con una sana dosis de sátira y un cameo de David Cronenberg.
Pitch Black (2000)
Un planeta desierto con un asesino de masas fugado y monstruos voladores devoradores de hombres que han salido a buscar que tratan de comerse a la tripulación de la nave que custodiaba a Riddick, el criminal interpretado por Vin Diesel. Acción y terror de serie B que dio lugar a una interesante franquicia.
Fantasmas de Marte (Ghosts of Mars, 2001)
Los fantasmas marcianos de una civilización antigua que poseen cuerpos de los colonos humanos ponen la misión de transportar a un criminal peligroso en peligro. Un auténtico Western de terror espacial de John Carpenter homenajeándose a sí mismo y a sus greatest hits.
Sunshine (2007)
Aunque no tan visceralmente aterrador como otras de la lista, a pesar del manido tercer acto con un asesino torturado, la versión de Danny Boyle del terror espacial compensa por la tensión añadida de salvar a toda la raza humana de la amenaza de un sol moribundo. La combinación de técnicas cinematográficas, toques de sorpresa y la intensidad de la narración hace que 'Sunshine' sea una pieza a revisitar.
Pandorum (2009)
Terror y ciencia ficción con una especie de mutantes súperhambrientos sueltos libremente a bordo de una nave laberíntica. Con una premisa muy interesante, que recuerda un poquito a 'Passengers'(2016), la película tiene un diseño espectacular y un misterio que se diluye entre escenas de acción. Aún así es una parada reseñable en el camino.
Ahora que Sir Ridley Scott —en su momento un genio, hoy venido a menos— está obsesionado con el universo Alien —prepara nada menos que cuatro películas más después de 'Alien: Covenant'— trasciende la noticia de que el personaje interpretado por Sigourney Weaver, Ripley, debería haber muerto en el primer título de la saga.
Según el propio Scott no había intenciones de dejar sobrevivir a nadie en el film de 1979. Ripley no lograba deshacerse del alien, que lograba volver a entrar en la nave, cepillarse a la Weaver, y ATENCIÓN, utilizar su cabeza y la voz de Dallas para enviar un mensaje. What... the fuck??
Al parecer ese final entusiasmaba a Scott que enseguida lo comunicó a los ejecutivos. Alguno montó en cólera y se presentó en el set con intención de despedir al director en el acto. Scott tuvo que pasar por el aro, y supongo que somos muchos lo que tenemos que agradecer esa decisión, por una sencilla razón llamada Aliens de James Cameron.
No hay duda de que Ripley —por cierto, un personaje que en un principio era masculino y fue ofrecido a Paul Newman para que lo interpretase— se ha convertido en todo un icono moderno del cine de Sci-Fi. Fue interpretado por Sigourney Weaver en cuatro ocasiones, y si Scott hiciese caso a Neill Bloomkamp lo veríamos al menos una vez más.
El nombre de la luna, rebautizada como Acheron, sobre la que se asienta la colonia en la que se ambienta esa genialidad titulada ‘Aliens: El regreso’ (‘Aliens’) no es otro que LV-426. Una combinación alfanumérica que, pasada por el filtro de una buena estrategia de marketing, oculta una fecha que nos lleva al día de hoy: veintiséis de abril —4/26—, o “Alien Day”, como prefieran ustedes llamarlo.
Si a esto le sumamos el estreno inminente de ‘Alien Covenant’, que llegará a nuestras salas el próximo doce de mayo, y el reciente entusiasmo con la franquicia de un Ridley Scott que quiere rodar cuatro entregas más, no sabemos si por un interés real por el universo que creó en el 79, por un brote repentino de megalomanía, o por el delicioso olor de un buen manojo de billetes, parece que estamos en el momento idóneo para pensar cómo hemos llegado hasta este punto.
Y es que parece mentira que un legado como el de ‘Alien’, concebida hace prácticamente cuatro décadas detrás de un pitch tan simple y efectivo como “es ‘Tiburón’ en el espacio”, siga al pie del cañón, estrenando nuevo material y atrayendo al público a las salas sin necesidad de aludir al factor nostalgia tan en boga durante los últimos años. Motivos para que esta maraña de xenomorfos, sintéticos y colonos espaciales nos continúe fascinando, la verdad, no le faltan…
Renovarse o morir
Sin lugar a dudas, una de las claves para mantener viva una saga tan longeva, ya sea en lo que respecta al tiempo o en cuanto al número de largometrajes que engrosan sus filas se refiere, es mantener el frescor e intentar renovarse a cada secuela que pasa. Esta lección, que licencias como ‘The Fast and The Furious’ están comenzando a aplicar, queda ejemplificada a la perfección con ‘Alien’ y sus cinco filmes estrenados hasta la fecha —si exceptuamos ‘Covenant’ y los abominables spin-off‘Alien vs Predator’—.
El modo en que la franquicia ha ido mutando junto a sus criaturas a cada paso que da, ya sea en cuestiones de género, tono o ambientación, se alza como el reclamo perfecto para dar continuidad a un espectador ávido de novedades y con fobia al deja-vu. Viajar del terror reposado y asfixiante de la primera parte al delirio futurista con clones de por medio de ‘Alien: Resurrección’ (‘Alien: Resurrection’) no sólo es una experiencia gratificante, sino que además, invita a ser disfrutada.
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Este batiburrillo genérico-tonal, por así llamarlo, viene de la mano de una selección de guionistas y directores que han impregnado su ADN en cada una de las entregas, diferenciándolas aún más si cabe del resto. Así pues, a lo largo de la pentalogía podemos encontrar desde al Ridley Scott más estilizado hasta a un James Cameron que, con esa joya en clave de acción que es ‘Aliens’, anuló por completo el sentido del tópico que dice que “segundas partes nunca fueron buenas”.
No obstante, y pese a constituir una de sus principales bazas, este “efecto autor” ha hecho, en ocasiones, flaco favor a una saga que se ha visto perjudicada hasta cierto punto por disparates como los palos en la rueda puestos a David Fincher y su arriesgada propuesta pseudomedieval para ‘Alien 3’, la comicidad y el exceso del tándem Jean Pierre Jeunet-Joss Whedon de ‘Resurrección’, o el afán de complicar las cosas hasta el absurdo para después no saber salir del pozo —también llamado “Efecto Lost” del guionista Damien Lidelof en ‘Prometheus’.
Aún así, y como se suele decir, en la variedad está el gusto, y gracias a esta retahíla de nombres y a lo heterogéneo de sus aproximaciones al material original de Ridley Scott y Dan O’Bannon, vamos sobrados de ella.
Un vasto universo aún por explorar
El atractivo de ‘Alien’ va mucho más lejos de la falta del espíritu continuista que adolecen muchas otras antologías cinematográficas. Junto a esto, el vasto universo que se ha ido construyendo orgánicamente, haciendo confluir razas extraterrestres, corporaciones con dudosas intenciones y personajes que ya forman parte del imaginario colectivo, actúa como un pegamento particularmente fuerte que nos mantiene adheridos a la franquicia.
Los grandes culpables del magnetismo del “Alienverso”, junto a los mencionados Scott y O’Bannon, son los artistas Moebius y, especialmente, el suizo H.R. Giger, quienes lo materializaron a través de diseños conceptuales y dando cara, ojos y forma a las criaturas encargadas de aterrorizar a Ripley y compañía respectivamente. Un trabajo que ha terminado trascendiendo a las películas y ha contribuido a posicionarlas dentro de un estatus “de culto” más que merecido.
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Para más inri, esta bóveda que engloba el imaginario ‘Alien’, del que ahora estamos conociendo sus orígenes a través de la, a priori, trilogía de precuelas iniciada con ‘Prometheus’, resulta lo suficientemente amplio como para permitir que cada filme de la serie toque una temática subyacente sin desentonar con el conjunto.
De este modo, la primera entrega explotaría los conceptos de la violación y la paternidad a la hora de generar terror de forma subliminal, su continuación directa funcionaría como una alegoría a la guerra de Vietnam, y la tercera y cuarta partes tocarían los temas de la religiosidad y la familia. Esto evidencia una diversidad que hace soñar a los aficionados con lo que aún está por explorar en las cintas venideras.
Más allá del celuloide
Podrían correr ríos de tinta mientras tratamos de buscar los elementos clave que justifiquen el innegable calado de ‘Alien’ en la cultura popular. Su vuelta de tuerca al terror y la ciencia ficción en el 79 ha derivado en una vorágine de licencias que se han extendido más allá del celuloide y que han situado a la Teniente Ripley y a los terribles y babeantes xenomorfos en auténticos iconos pop.
La prueba de ello está en la nutrida y demencial selección de cómics con crossovers de las criaturas protagonistas de la saga y personajes tan variopintos como Batman, Vampirella o el Juez Dredd, en el longevo escarceo de la franquicia con el mundo del videojuego en joyas como el ‘Alien Versus Predator’, o el más reciente y brillante ‘Alien Isolation’, o en la incontable ristra de largometrajes influenciados directamente por la obra maestra de Ridley Scott como ‘Xtro’ o ‘Regen: Regeneración Mortal’ (‘The Terror Within’).
Sea como fuere, y a juzgar por las intenciones de su responsable directo, parece que aún tendremos tiempo de sobra para indagar sobre por qué ‘Alien’ es, y será, una de las pocas antologías capaces de sobrevivir cuarenta años sin sufrir los achaques propios de la edad, y dando de comer al público de la palma de su mano con cada nueva entrega que se anuncia.
Mencionar el nombre de Adam Savage, probablemente nos conduzca directamente al entretenidísimo programa ‘Cazadores de mitos’ (‘MythBusters’) que condujo junto a su compañero Jamie Hyneman. Lo que mucha gente desconoce es la carrera de Savage como artista de efectos especiales, que incluye trabajos en cintas como ‘Matrix Reloaded’ y ‘Matrix Revolutions’, o los episodios I y II de ‘Star Wars’ para la todopoderosa Industrial Light & Magic.
Teniendo este dato en cuenta, no es de extrañar la cara de felicidad —similar a la de un niño de cinco años visitando Disney World—, que luce Savage en el último vídeo de su canal de YouTube “Tested”, donde visita uno de los sets más emblemáticos de la saga‘Alien’, reconstruido después de su uso en ‘Prometheus’ para el rodaje de la inminente ‘Alien: Covenant’.
El recorrido por el plató sirve para devolver algo de esperanza a los amantes de los efectos prácticos que nos hemos visto asediados por incontables legiones de pantallas verdes —o azules— durante los últimos tiempos. Por suerte para nosotros, Ridley Scott, aunque adaptado al medio digital, sigue siendo un director de la vieja escuela que ha sabido integrar como pocos los efectos generados por ordenador con unos indispensables elementos tangibles.
Además de hacernos salivar viendo cómo levantan de nuevo el mítico interior de la nave donde los tripulantes de la Nostromo encontraron al Space Jockey en ‘El octavo pasajero’, Savage entra en detalle describiendo el trabajo del equipo de dirección artística encargado de construir y dar verosimilitud al set:
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“Todos están preparados y tratando esta cosa”. Le están añadiendo diferentes capas y texturas. Todo el trabajo que he hecho tratando mi atrezzo ha sido prácticamente siempre mediante el mismo proceso. El truco está en añadir color, añadir textura que no salte a la vista pero que ayude a tus ojos a extraer detalles. Si sólo pintas con un único color, acabará pareciendo un simple objeto, pero cuando añades este tratamiento, estás añadiendo narrativa a ese objeto.”
Más adelante, el presentador realiza una interesante reflexión sobre las técnicas utilizadas hoy día para este tipo de trabajos:
“Hay materiales modernos, se están utilizando espumas modernas, plásticos, gomas y cosas así, pero las técnicas básicas a la hora de levantar estas estructuras llevan siendo utilizadas desde hace cientos de años, primero en el teatro y más tarde en cine. (…) El interior está moldeado en fibra de vidrio, y está recubierto por espuma rígida. La única diferencia entre este set y el de ‘Los diez mandamientos’ de Cecil B. DeMille sería la elección de algunos materiales; antaño se utilizaba también fibra de vidrio, y la cobertura sería de yeso y no de espuma, pero las estructuras de madera que sostienen todo son exactamente iguales a las de hace cien años.”
Ridley Scott tiene miedo a los alienígenas
Este pequeño tour, que ha conseguido aumentar más si cabe mi ansia por ver qué ha hecho Scott con su franquicia estrella después de una irregular ‘Prometheus’, llega pocos días después de que el director haya asegurado creer que exista vida más allá de nuestro planeta en unas nada halagüeñas declaraciones para Sky News:
“Creo en la existencia de seres superiores. Un experto de la NASA me dijo una vez, “¿Has mirado alguna vez al cielo por la noche? ¿Te atreves a decirme que somos los únicos?” Es ridículo. Los expertos dicen que hay entre cien y doscientas formas de vida que podrían tener una evolución similar a la nuestra. Así que cuando veas un objeto enorme en el cielo, huye. Porque son mucho más inteligentes que nosotros, y si eres lo suficientemente estúpido como para desafiarles, te quitarán de en medio en tres segundos.”
Después de esto no se si ir a reservar mi entrada para ‘Alien: Covenant’, que se estrena el próximo día 12, o a comprar un lanzacohetes y encerrarme en un bunker…
Se estrena ‘Alien: Covenant’, la secuela de ‘Prometheus’ que, al mismo tiempo, es también precuela de la ‘Alien: el octavo pasajero’ (Alien, 1979) original. Es un buen momento para escarbar en los archivos ignotos de la leyenda y rescatar la poca información que existe sobre un proyecto perdido con lazos hacia este nuevo universo de Alien que propone Ridley Scott. Todo está atado a la secuela de ‘Alien’ que nunca llegó a realizarse.
Por supuesto, todos conocemos ‘Aliens: el regreso’ (Aliens, 1986) pero tras el éxito de la primera parte, ya hubo conversaciones para realizar una secuela mucho tiempo antes de que se llegara a cerrar el pelotazo de Cameron. Es lógico imaginar que tras una revolución sci-fi horror como supuso la obra de Ridley Scott, en Fox no iban a dejar que se repartieran el pastel las inmundas imitaciones de dos duros, los plagios de Roger Corman o las versiones italianas del monstruo espacial.
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Por cierto, hablando de Italia, la secuela que se llamó ‘Alien 2: sobre la tierra’ (Alien 2, Sulla terra, 1980) de Ciro Ippolito, fue una oportunista película de “monstruo en cueva” que se intentó hacer pasar por una continuación en el planeta tierra de la película de Scott, a pesar de no tener ninguna relación con ella. Por supuesto, es bastante inmunda, aunque tiene un pequeño valor añadido como precedente de la notable ‘The Descent’ (2005). Olvidémonos de ella hoy.
Para llegar al punto de partida, hay que retomarse a momentos anteriores al estreno de la primera ‘Alien’. La idea de hacer una secuela ya se encontraba en el mismo momento de la producción. La única fuente de información de este proyecto se encuentra en la revista oficial ‘Alien Collector's Edition (The Officially Authorized Magazine Of The Movie)’ editada en Diciembre de 1979 por la famosa editorial Warren, que se ocupaba de llenar los kioskos con cómics como ‘Creepy’ y ‘Vampirella’.
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En ella había diversos artículos relacionados con la película y alguno extra, como información sobre “El mundo de los alienígenas”, divagaciones sobre si estos podrían llegar a existir realmente y un par de documentos que resultan sumamente informativos. Entre otra información interesante está la descripción del planeta, con todo lujo de detalle, asumiendo que los aliens han surgido en ese ecosistema hostil de tormentas de arena y metal. Tras un análisis exhaustivo de la biología y ciclo del alien, una pequeña sección nos indica el plan para la secuela.
En primer lugar se nos indica que como en otras franquicias como ‘Star Wars’, la segunda parte no tendría el mismo equipo, anotando que Scott ya estaba metido de lleno en otro proyecto, de caballeros y magia. Luego haría ‘Blade Runner’ (1982), pero probablemente, se refiera a su anhelo de crear ‘Tristán e Isolda’ (que luego acabaría produciendo). Sin embargo, ya se consideraban varios escenarios en los que la secuela podría desarrollarse. En el primero, el alien sobreviviría al fuego de los motores y llegaría a la tierra, junto con Ripley, subido en la parte externa de la nave (opción un poco peregrina visto donde acaba el bicho en el final original).
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En otra, una explosión del planeta esparciría a los huevos de aliens por la galaxia llegando a la tierra, en dónde toda una jauría de aliens correría desenfrenada. En ambas opciones se supone que las secuelas contarían con Ripley, y en esta última prevalece la idea de aumentar el número de aliens, que en el fondo, aunque no transcurra en la tierra, es la idea que sobreviviría en la que realizó Cameron. En las siguientes propuestas, vemos paralelismos mucho más adyacentes a las nuevas expansiones de la mitología. Atención.
Otra de ellas describe una segunda expedición que naufraga en el Acheron LV-426 y, ya fuera de su nave, son sorprendidos por una tormenta que fuerza a parte de la tripulación a refugiarse en el derelicto y a otra en su propia nave. El equipo del derelicto debe lidiar con un grupo de aliens, hasta el momento final en el que la raza de los Space Jockeys aparece en escena. Esta tercera idea es, básicamente, un resumen rápido de ‘Prometheus’.
Aunque la película transcurra en otro planeta, la primera versión del guion sí que transcurría en el Acheron LV-426. En la película, la tripulación se divide entre la pirámide y la nave a causa de… ¡una tormenta exterior! Y, bueno, en el clímax final, es un ingeniero el que aparece en el clímax, pero como sabemos, los ingenieros son los Space Jokeys. Precisamente, la última de las cuatro ideas, sería una precuela, contando la historia del space jockey muerto y acabando en el momento en el que llega la Nostromo. Lo que también sirve de base para el concepto de ‘Prometheus’ y que veremos más adelante.
Hacemos un salto en el tiempo a 1984. Ridley Scott es entrevistado en Screen Flights/Screen Fantasies por el periodista Danny Peary sobre la secuela de ‘Alien’. En este momento, aún no había secuela de Cameron. El británico, sobre la pregunta sobre sus ideas para una secuela explicaba:
Sin duda, debe explicar qué es el alien y de dónde proviene y eso será difícil porque requerirá tratar con otros planetas, mundos y civilizaciones. Porque, obviamente, el Alien vino de algún tipo de civilización. El Alien sería presentado, realmente, como uno de los últimos supervivientes de Marte, un planeta llamado así por el dios de la guerra. El Alien puede ser uno de los últimos descendientes de algún grupo de seres autodestruidos y perdidos desde hace mucho tiempo.
En muchos aspectos será más interesante que la primera película, desde un punto de vista de pura ciencia-ficción. Entraríamos en áreas especulativas, nos ocuparíamos de dos civilizaciones.
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Obviamente, en esta entrevista Scott ya está hablando de una civilización, los ingenieros, que habría construido a los aliens como una raza para la guerra, es decir, como armas (biológicas), algo que siempre ha estado presente en la saga, pero de otra manera, cuando la organización Weyland industries trata de hacerse con la criatura. Recordemos también que en la primera película, la idea de Dan O’Bannon fue que en vez del derelicto hubiera una pirámide, con ideas sacadas de su participación en el ‘Dune’ de Jorodowsky. Pero no pudo ser así. Por lo que en su momento, Scott se lamentaba:
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En la primera me encantaría haber rodado la pirámide, pero cuanto más lo pensaba, más me daba cuenta de que lo que realmente habría sido maravilloso en una versión de tres horas. Pero habría sido una digresión de la película que estábamos haciendo. Por tanto, mi secuela trataría de generar discusión sobre lo que es el alien, creo que eso gustaría al publico, porque daría a la amenaza mucho más peso.
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La idea de la pirámide del guionista surgió basándose tanto en el relato ‘En la noche de los tiempos’ como ‘En las montañas de la locura’ de Lovecraft. Por ello, cuando la tripulación de la Nostromo entraba, encontraba una serie de tallas y símbolos que contaban una historia o tenían un significado religioso. Incluso Giger llegó a diseñar un prototipo.
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Estas dos ideas fueron recuperadas por Scott, quien acabaría incluyéndolas en ‘Prometheus’, recuperando así su idea inicial de seguir con el plan del guion original en una suerte de venganza poética con sus ideas y anhelos de hace casi cuatro décadas.
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Repasando la revista oficial, otro de los artículos incluye información del primer guion sobre el space jockey que resulta esclarecedora, para confrontarla con toda la línea argumental posterior y el nuevo canon tras el estreno de ‘Prometheus’. Ignorando las dos líneas argumentales de versiones previas del guion (en las que el jockey cohabitaba en el planeta alien) la revista ofrece una lectura “oficial” en aquel momento, según opiniones del equipo de producción y guionistas, creando una historia según lo que el autor entendió:
Hace miles de años, la raza de los Jockeys quiso instalarse en el estéril planeta de los aliens. Como muchas civilizaciones avanzadas, habían agotado su planeta de origen por lo que habían planeado usar su sofisticada ciencia para hacer lo mismo que en incontables planetas: alterar su medio para hacerlo habitable. Pronto, los colonos se aseguraron que alterando las condiciones del planeta no iban a acabar con sus habitantes nativos, pero desafortunadamente los sensores de los gigantes benignos no detectaron los huevos latentes de alien.
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Una nave aterrizó, y su tripulación confiaba en que el trabajo podía realizarse, tras empezar sus trabajos y oírse sus gritos en la radio, nunca más se supo de ellos. Otro equipo siguió la misma suerte hasta que el Jockey, a los mandos de un vehículo armado, preparado para disparar a lo que fuera que hizo desaparecer a su equipo, pero no encontró ni rastro de los suyos o sus atacantes. Tras explorar la superficie, como sus compañeros, encontró los huevos. Pensando que eran inofensivos, los subió a la bodega de la nave para protegerlos y estudiarlos.
El jockey pensó que su equipo habría perecido a causa de los padres de esa camada, quienes habrían respondido lógicamente ante una amenaza, cuando quiso salir de la bodega, fue atacado por un facehugger (…) Cuando se recuperó, retransmitió lo que había pasado a su planeta. Cuando se dio cuenta de que tenía algo dentro, antes de que el alien empezara a salir de su pecho, programó la nave para que emitiera un mensaje de advertencia dos veces por minuto a cualquier nave que se acercara al planetoide. ¡aléjense!
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Como ven, la historia no era tan tremendamente elaborada y complicada como la imaginada en ‘Prometheus’, pero aunque no incluya experimentos genéticos, ya habla de una raza de exploradores y de cambios en el medio ambiente de los planetas colonizados y otros elementos que conectan tanto con ‘Prometheus’ como con ‘Alien: Covenant’, cuya tripulación se compone de colonos que buscan planetas habitables en dónde prosperar y se encuentran, básicamente con las dificultades de los Space Jockeys benignos.
No es extraño pues, que Scott pudiera encontrar allí su inspiración para hacer su “secuela especulativa” que no puedo hacer en su versión de tres horas. Incorporando temas de exploración interestelar, explotación de recursos etc. Las consideraciones épicas de dioses, creadores y civilizaciones también tienen su correspondencia, especialmente en la iconografía de ‘Alien: Covenant’.
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Sobre su no implicación en la secuela original, Gale Ann Hurd declaraba en su momento que no tenía claro por qué Scott no había participado, pero daba a entender que estaba ocupado con la post-producción de ‘Legend’, sin embargo el británico, en una entrevista a Hollywood Reporter, en 2008 afirmaba que nadie le había llamado, lo que le había herido los sentimientos (sic) puesto que consideraba haber hecho un buen trabajo en la primera. Es decir, para los que piensen que Ridley ha vuelto a su mundo por dinero, no es enteramente así.
Hay evidencias suficientes para pensar que lo que estamos viendo no es una expansión del universo, sino una vuelta a los orígenes real, no tanto a los orígenes de lo que conocemos, sino a la idea principal de los guionistas, el director e incluso la propia Fox. Es decir, más que secuelas, la serie de precuelas son las probables ideas de secuela que Ridley Scott tenía en mente desde 1979.
Por lo tanto, aunque se hayan vendido como precuelas, se podrían interpretar como una nueva serie alternativa, más teniendo en cuenta que ‘Alien: Covenant’ tiene casi la categoría de reboot, lo que daría mucho más sentido a la cancelación oficial de ‘Alien 5’.
Después de hacerse rogar durante prácticamente cinco años desde que se estrenase ‘Prometheus’, la nueva pieza que continúe dando forma al universo ‘Alien’ está, al fin, a punto de aterrizar a nuestras pantallas. Tristemente, ‘Alien: Covenant’, me ha generado una inmensa desazón, decepcionándome por varios motivos como un abuso exasperante del CGI, un guión a medio camino entre el uso y abuso del fan service y el disparate inconexo, y una dirección que transmite una desgana impropia de alguien como Ridley Scott.
No obstante, y como no podría ser de otro modo viniendo de alguien como Scott, ‘Covenant’ atesora varias secuencias, salpicadas a lo largo de su metraje, que pasan a formar parte de la iconografía de la saga de forma inmediata, uniéndose a los momentos clave de sus cinco filmes predecesores, que repasaremos en este viaje a través de la franquicia nacida en 1978.
‘Alien: El octavo pasajero’
Seleccionar una única escena dentro de de un clásico imperecedero como ‘El octavo pasajero’ resulta una tarea tan ardua como dolorosa. Duele especialmente excluir momentos eternos dentro ya no sólo de la cinta, sino también de entre sus muchos congéneres a lo largo de la historia que aún no han sido capaces de replicar la garra e intensidad de estos pasajes.
Desde su inquietante secuencia de apertura, en la que la cámara pulula como una entidad fantasmagórica a través de las instalaciones de la Nostromo, marcando el tono del largometraje nada más arrancar, hasta el aterrador giro en el que Ripley descubre que su compañero Ash es un sintético, son muchos los destellos de grandeza que esconde la primera ‘Alien’. Pese a todo, ninguno igualará al mítico chestburster abriéndose paso a través del pecho de John Hurt.
Esta imagen, que ha pasado a los anales del séptimo arte, destaca por ser, probablemente, la instantánea que más a fuego se ha grabado en la memoria de todo espectador de la película. Su violencia descarnada y sin concesiones, sus maravillosos efectos prácticos, las inspiradas reacciones del reparto —los gritos de Veronica Cartwright son auténticos— y el modo en que cambia radicalmente el statu-quo del filme justifican, con creces, su trascendencia del celuloide al imaginario colectivo.
‘Aliens: El regreso’
Cuenta la leyenda que el pitch con el que un jovencísimo James Cameron vendió su idea para realizar una secuela de ‘Alien’, fue una auténtica jugada maestra. El director, que acababa de estrenar ‘Terminator’, entró con las manos vacías en una sala llena de peces gordos de la industria, avanzó hasta la pizarra y escribió la palabra “ALIEN”. A continuación, añadió una “S” al vocablo a la que, acto seguido, adornó con dos líneas verticales conformando el símbolo del dólar.
‘Aliens: El regreso’, con ese inteligente uso del plural, llevó a la franquicia un paso más allá, subiendo las apuestas con sus hordas de xenomorfos, y cambiando radicalmente el predominio del suspense de la original para entrar de lleno en el terreno de la acción más pura. Gracias al dominio indiscutible de Cameron en el género, ‘Aliens’ nos regala momentos memorables como el primer encuentro de los marines con las criaturas, o la batalla que se inicia cuando Hicks abre una placa en el techo para descubrir un grupo de enemigos agazapados a punto de atacar.
Resulta curioso pensar que, en una película que apuesta por el “cuanto más grande, mejor”, la secuencia a destacar sea de cariz más íntimo, por así decirlo, ya que no es otra que el duelo uno contra uno entre Ripley y la Reina Alien. Desde que la teniente encuentra —y fríe— el nido de huevos, la cinta nos deja el corazón en un puño durante un clímax espectacular que ha dejado para la posteridad la imagen de la protagonista pilotando el power loader y entonando el antológico “get away from her, you bitch!”. Pura gloria del cine de los ochenta.
‘Alien3’
Con la tercera parte de la saga, llegó un David Fincher que aterrizaba en el mundo del cine tras una longeva carrera en el negocio de los efectos especiales y el videoclip. Y lo hizo con un debut tan difícil de llevar a buen puerto, como complejo de ejecutar desde las primeras fases de la producción: cinco semanas de preparación, 50 millones de dólares, un guión sin terminar y un director novel de 28 años. La cosa no podía salir bien.
A pesar de ser una película duramente criticada por muchos, empezando por el propio Fincher, quien ha llegado a decir que la odia, ‘Alien3’ rompe de tal modo con lo visto anteriormente en la franquicia que se hace complicado no apreciarla. Lamentablemente, el retorno de Ripley por tercera vez anda algo escaso en momentos para el recuerdo, destacando el nacimiento de una nueva especie de xenomorfo híbrida con un animal —un perro o una res, dependiendo del montaje— y, por supuesto, su controvertido tercer acto.
El sacrificio mesiánico de la teniente, brazos en cruz inclusive, no sólo se alza como lo mejor de ‘Alien3’. Además de esto, y de terminar de dar sentido al marcado subtexto religioso de la cinta, conforma un final redondo y especialmente climático para la hasta entonces trilogía. Este cierre no estuvo exento de polémica, ya que el estreno de ‘Terminator 2’ obligó a Fincher y su equipo a rodar de nuevo la escena para diferir lo máximo posible del clímax del filme de James Cameron, que también contenía una muerte solemne y toneladas de metal fundido.
‘Alien: Resurrección’
Hablando con sinceridad y sin ningún tipo de eufemismos, podría afirmarse que ‘Alien: Resurrección’ es el punto más bajo de las carreras del director Jean Pierre Jeunet y el guionista Joss Whedon, sus dos responsables directos. No obstante, debo romper una lanza a favor de la grotesca cuarta entrega de ‘Alien’, de su terrible y, a su vez, divertidísimo guión, y de un tono que coge lo mejor de dos artistas especialmente peculiares para mezclarlo en un maravilloso desastre sin pies ni cabeza que disfrutar con el piloto automático encendido.
Al contrario que ‘Alien3’, ‘Resurrección’ salpimenta las dos horas que dura su montaje del director con un buen número de secuencias que brillan con luz propia y consiguen salvar al conjunto de la quema. La aberrante —y algo cómica— presentación del xenomorfo humanoide, o el potente momento en que Ripley encuentra el laboratorio de clones, son firmes candidatas a hacerse con el título a mejor tramo del largometraje; honor que he decidido otorgar a una set piece vibrante entregada a la acción.
La travesía del disfuncional grupo protagonista por los tanques tanques de refrigeración inundados de la Auriga desemboca en una persecución subacuática trepidante, desbordante de tensión y con unos efectos digitales de una calidad sorprendente para la épica. La huida de los xenomorfos nadadores culmina en el momento más macarra de la película, con Johner atravesando un cráneo alienígena con una bala mientras se descuelga boca abajo en una escalera de mano. Oro puro.
‘Prometheus’
El surtido de escenas cercanas al ridículo de la espectacular y soporífera a partes iguales ‘Prometheus’, hace complicado evitar la tentación de caer en el chiste fácil a la hora de seleccionar el mejor pasaje del filme. La huida del personaje de Charlize Theron corriendo en línea recta, el equipo de geólogos perdiéndose en una cueva, el ataque del ingeniero por haberle despertado de la siesta… La lista es interminable.
Bromas aparte, ‘Prometheus’ merece que seamos justos y remarquemos que, dentro del despropósito repleto de ínfulas y traidor a la saga que terminó siendo, atesora secuencias con una fuerza innegable y una factura impecable, como no podría ser de otro modo en una obra firmada por Ridley Scott.
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Así pues, mi elección dentro del innecesariamente extenso metraje de esta precuela, contra toda expectativa, huye radicalmente de cualquier referencia al material original —desvirtuado por completo en esta ‘Prometheus’—, y se condensa en la claustrofóbica cámara médica en la que la doctora Shaw se practica una cesárea nada ortodoxa.
El aborto alienígena supone la explosión de una tensión perfectamente construida, iniciada en el momento en que Shaw descubre estar embarazada por una criatura extraterrestre. Tanto la preparación del procedimiento como la intervención en sí, están filmadas con un pulso envidiable y una crudeza estremecedora, alcanzando su punto álgido al revelar el hijo indeseado de la doctora, cuyos viscosos tentáculos se agitan vehementemente revolviendo las tripas del espectador más aguerrido.
Una selección a gusto del consumidor
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Cada persona —y, por ende, cada espectador— es un mundo, y la selección de las secuencias tratadas en este artículo ha estado condicionada única y exclusivamente por las fobias, las filias, y la experiencia con los filmes mencionados del que suscribe.
Probablemente, a lo largo de la, hasta el momento, pentalogía ‘Alien’, haya muchos pasajes con mayor peso argumental, mejor ejecución y mayor interés que los cinco anteriores; pero lo que es innegable es que la franquicia ha regalado al respetable un imaginario, y un repertorio de recuerdos para la posteridad más grande de lo que, probablemente, ni los propios Ridley Scott y Dan O’Bannon soñasen en el ya lejano 1978.
El mes pasado, Ridley Scott nos sorprendía con su ambicioso plan para la saga 'Alien', anunciando que quería rodar cuatro películas más después de 'Alien: Covenant'. Demasiadas, pensamos, pero el inglés se mostraba decidido a extender el universo de 'Alien' y confirmaba que el objetivo era enlazar con la historia de la película original estrenada en 1979 (su segundo largometraje como director).
Asimismo, Scott confirmó que es el único realizador trabajando en esta franquicia; según él, 20th Century Fox no quiso poner en marcha el proyecto que preparaba Neill Blomkamp para recuperar a Ripley. Recientemente afirmó que iba a rodar la siguiente secuela en los próximos 14 meses. Y tras todas estas declaraciones, cuando se estrena 'Alien: Covenant' rodeada de malas críticas, el director da marcha atrás y confiesa que no sabe lo que está haciendo con el Xenomorfo.
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En una entrevista para Yahoo le volvieron a preguntar sobre sus planes para la franquicia y su respuesta fue: "No lo sé. Quizá dos más, o puede que una, no lo sé". ¿Harto de cuestiones? ¿Le han dado un toque desde Fox? ¿Pérdida de confianza? En cualquier caso, un cambio de tono en Ridley Scott pero lo más llamativo son sus palabras sobre 'Prometheus' (2012) y cómo admite que se equivocó con el planteamiento, pensando que el monstruo original estaba liquidado:
"Descubrimos que los fans estaban realmente frustrados. Querían ver más del Alien original y yo creía que estaba definitivamente frito, con una naranja en la boca. Así que pensé: 'Wow, ok, estoy equivocado'. Los fans... no son la última palabra pero son un reflejo de tus dudas sobre algo, y entonces te das cuenta si estabas equivocado o tenías razón. Creo que no eres sensato si realmente no tienes en cuenta la reacción de los fans."
Vaya, parece que nos escucha, eso es bueno. Ya veremos qué ocurre con la saga, todo va a depender de cómo funcione en taquilla 'Alien: Covenant', si el público acude en masa a verla Scott podrá seguir jugando con estos monstruos y los enigmáticos ingenieros. Más abajo dejo una interesante pieza promocional sobre 'Alien: Covenant' que juega con la realidad virtual:
Las secuelas oficiales de 'Alien' nos las sabemos ya: cuatro entregas canónicas, la primera de ellas generalmente considerada a la altura de la original, más dos películas irregulares pero interesantes. Luego, dos entregas de 'Aliens vs. Predator' que, antes de que alguien diga algo de lo que se arrepienta, aquí nos encantan, y las precuelas: 'Prometheus' y 'Covenant'. Nos atreveríamos a decir que la menos interesante de todas es la última pero, a lo que vamos: no son demasiadas.
Para ser uno de los monstruos más reconocibles y amados de la historia del cine, seis películas no conforman una franquicia demasiado nutrida. Pero lo cierto es que el fan de la criatura concebida por H.R. Giger tiene otras fuentes a las que acudir si anda necesitado de algo de frío y salvaje horror xenomorfo.
Dejado aparte los plagios más o menos desvergonzados (algunos de nuestros favoritos: 'Contaminación - Alien invade la Tierra', 'La galaxia del terror', 'Inseminoid', 'Creature'...), y sobre todo después del bombazo de 'Aliens', se multiplicó la presencia de la criatura en múltiples medios: comics, videojuegos, libros... nos sumergimos en la galaxia de Alien para recordar algunos de los más interesantes.
Alien - Out of the Shadows
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Todos conocemos (más o menos) el destino de Ripley, pero hay una serie de espacios que rellenar y que se intentaron cubrir hace solo unos pocos años con una serie de novelas que se intercalan entre las películas y que forman parte del canon oficial de la franquicia. La primera de ellas, aparecida en 2014, fue 'Out of the Shadows'.
El argumento: tres décadas después de escapar del Nostromo, la nave de salvamento donde hiberna Ripley se topa con una nave minera que está siendo masacrada por una plaga de xenomorfos. El motivo del desvío: la consciencia del androide Ash sobrevivió y viaja con Ripley en la cápsula, desviando su ruta al encuentro con los aliens.
El libro contó con una versión audio lanzada hace apenas un año, en la que nada menos que Rutger Hauer ponía voz a Ash. El éxito ha llevado al lanzamiento de más libros, como 'Sea of Sorrows' (que tiene lugar años después de 'Resurrection'), 'River of Pain' (durante 'Aliens') o 'Bug Hunt' (una recopilación de relatos, no todos canónicos)
Aliens: Original Sin
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Aparte de esas novelas canónicas, tentáculos de la historia oficial de 'Alien', existen muchas otras que pese a ser spin-offs auspiciados por Fox, no forman parte del canon argumental de la serie. La mayoría fueron publicadas por Dark Horse, que encontró un auténtico filón en los noventa con los comics de los xenomorfos. Quizás la más interesante, publicada en 2005, sea esta 'Original Sin', que retoma personajes y situaciones de la serie cinematográfica.
Los protagonistas son Ripley 8, el clon de Ripley que conocimos en 'Resurrection', y Call, el androide interpretado por Winona Ryder en la misma película. La novela intenta responder (de forma no-canónica, recordemos) a cuestiones que, antes de 'Prometheus', eran todo un enigma: ¿se encontró el Nostromo con el planeta de los aliens de forma casual? ¿Y qué significa la nave curva abandonada que hay en su superficie?
Aliens - Genocidio
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La cincuentena larga de comics inspirados en 'Aliens' han tenido de todo: vergonzosos sacacuartos y obras de autor; respetuosos continuadores de la franquicia y puñetazos en la mesa. Quedaos con esto: si os gustan las variantes tipo los Neomorfos de 'Covenant', los comics pueden convertirse en vuestro Xanadú. Cuando queráis los repasamos todos, pero hoy os recomendamos algunos de los mejores, ideales para introducirse en la saga en papel.
En los comics de Dark Horse ha habido de todo: horribles sacacuartos y tebeos de autor
'Genocidio' es popular por introducir (insistimos por última vez: no canon) a los aliens rojos en el universo xenomorfo, cuando hace ya mucho tiempo de los sucesos de las películas y la humanidad es muy consciente de la existencia de los bichos. Se descubre que las Reinas Alien segregan una sustancia que funciona como un superesteroide y allá que van los marines, a capturar la Reina.
En el que podría ser el planeta donde nacieron los xenomorfos hay una guerra fraticida entre dos especies de aliens, los rojos y los negros. Miles de ellos y con unos pocos humanos de por medio. Muchos de los conceptos creados en este comic, el primero en distanciarse de las películas, se convirtieron en habituales en el papel. Eso sí: las miniseries se entrecruzan y solapan sin descanso; os recomendamos webs tipo Alien Anthology para seguir las líneas argumentales.
Fire and Stone
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En 2014, Dark Horse publicó bajo el sello 'Fire and Stone' varias miniseries muy especiales, que han acabado siendo de los pocos comics de Aliens que se consideran canónicos. Entre sus puntos de interés, conectan con bastante elegancia 'Prometheus' con el universo xenomorfo: la primera vincula de forma directa 'Aliens' de Cameron con 'Prometheus' al situar físicamente cerca los planetas de ambas producciones.
También introducen a los Predator en el planeta de 'Prometheus' (esto, que en las películas se consideraría anatema, en los comics es el pan nuestro de cada día, porque no tienen vergüenza ni la conoce, y bien que está) y explican la sustancia viscosa negra que tantos dolores de cabeza da para ser encajada en la narrativa de la serie. Imprescindible si te interesa entender el alcance de 'Prometheus' en la narrativa oficial.
Aliens: Salvación
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Uno de los comics de Aliens más extraños y creativos es esta pequeña serie guionizada por Dave Gibbons y dibujada por un Mike Mignola pre-Hellboy que tiene curiosos elementos en común con 'Alien 3': el típico ataque de un xenomorfo a una desvalida tripulación es solo el telón de fondo para una serie de delirios religiosos de uno de los personajes, el cocinero de la nave.
El dibujo de Mignola, lleno de claroscuros y detalles siniestros, es perfecto para una pesadilla mucho menos tecnificada de lo habitual en las historias de 'Aliens'. Simbólica y más cercana al terror gótico que a la ciencia-ficción, este 'Salvación' es un refrescante paso lateral con respecto a la estética habitual en la franquicia.
Aliens Apocalipsis: Los ángeles de la destrucción
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Se nos quedan literalmente decenas de miniseries de comics en el tintero, así que demos carpetazo a este área con esta cosita de Mark Schultz y Doug Wheatley. Perfecta para consolarte si no te gustó 'Prometheus', ya que cuenta una historia de origen de los Ingenieros completamente distinta a la de la película de Ridley Scott.
Tenemos ingenieros, sí (denominados aún space jockey, como se hacía en los diseños de la película original). De hecho, tenemos toda una civilización de estos superseres y un acercamiento a su cultura. Y sobre todo, tenemos un monumental alien salido del pecho de uno de ellos y que constituye la traca final de esta estupenda serie.
Aliens: The Computer Game
Por supuesto, también hay decenas de videojuegos salidos de la franquicia. Seleccionaremos unos pocos de entre los más destacados, que han sido muchos y muy notables, aunque no sin antes brindar un pequeño recuerdo también para los juegos que, a lo loco, han plagiado la estética del xenomorfo, creando monstruos memorables pero nada oficiales, como los de 'Contra', 'Metroid', 'R-Type' o 'Survivor'.
Tras un par de juegos basados en el primer 'Alien' (un plagio de 'Pac-Man' para Atari 2600 y una curiosa y rarísima aventura casi sin gráficos para 8 bits), así como un memorable dislate para MSX que no salió de Japón en el que Ripley bajaba al planeta de los aliens llamado 'Aliens: Alien 2', la película de James Cameron inspiró (cómo no) alguna aventura de acción.
Una de las más interesantes es este soberbio pegatiros en primigenia primera persona, previo a que eso estuviera de moda, y en el que el jugador debía moverse por instalaciones plagadas de aliens controlando a todos los marines y guiándose por el detector de movimiento. El resultado generaba una situación de tensión y pánico extraordinaria para los rudimentarios medios que manejaba, y muy digna de la franquicia.
Aliens (arcade)
Otro delirio japonés (pero oficial) a manos de una Capcom muy en llamas, y procedente de un tiempo en el que no importaba si las cosas eran fieles o no a la fuente original, solo importaba el despiporre y el volumen al 11. En este caso controlamos a una Ripley de armamento progresivamente más pesado enfrentándose a miles de xenomorfos y a jefes finales que parecen salidos de una versión discotequera de 'La cosa'.
Por supuesto, si lo tuyo son los spin-offs con salero y las versiones mostrencas y galácticas de 'Final Fight', recomendamos un paseo por 'Alien vs. Predator', una máquina recreativa que proporciona al jugador el nunca suficientemente elogiado placer de darle un bofetón a un xenomorfo.
Alien 3 (Super Nintendo)
La mejor adaptación de 'Alien 3' a formato interactivo fue la de Super Nintendo, con una mecánica en la que Ripley debía dar tumbos por el planeta-cárcel en el que había caído liquidando xenomorfos y liberando prisioneros prestos a ser infectados. La variedad de las misiones a efectuar era asombrosa, pero donde realmente despunta esta pequeña aventura anti-xenomorfa es en la ambientación.
Niebla pixelada, pasillos estrechísimos, niveles en penumbra... una soberbia demostración de potencia gráfica puesta al servicio del suspense y la tensión.
Alien: Isolation
Los videojuegos en primera persona de los xenomorfos arrancaron con un interesante 'Alien Trilogy' que revivía los mejores momentos de las tres primeras películas en formato pegatiros en primera persona. Pero el auténtico bombazo llegaría con 'Alien vs. Predator', un título para Atari Jaguar inspirado en los comics de Dark Horse, tremendamente influyente y perfecto en su mezcla de pánico extremo y acción explosiva con recursos muy limitados.
Sin embargo, la sorpresa llegaría hace solo unos pocos años, en 2014: 'Alien - Isolation' es la culminación de muchos años de Sega dando palos de ciego y pariendo juegos sin interés de aliens, marines y depredadores. Se acabó confiando en la gente de Creative Assembly para que pariera el que para muchos es el juego de xenomorfos definitivo: en él, los desarrolladores contemplan a lo que hacía grande a la primera película: un solo Alien, y prácticamente indestructible.
Replicando la tecnología vetusta de la película de Ridley Scott con un mimo y un detallismo que es auténtica pornografía visual para el fan fatal de la Nostromo, 'Alien: Isolation' pone a Amanda Ripley, la hijísima, a investigar la desaparición de su madre quince años después de los sucesos que acabaron con ella. Cuando llegue el momento de enfrentarse al xenomorfo se sucederán los momentos de tensión en un juego asfixiante y en el que la pirotecnia pasa a un segundo plano.
Cuando nos sentamos a ver una película de terror, damos por hecho que si no todos, la mayoría de los protagonistas tendrá un destino violento, sangriento. Y para que eso ocurra, los creadores deben forzar un poco las circunstancias y las decisiones de los personajes, para que caigan en trampas que pueden resultar evidentes para el espectador, y sean liquidados uno a uno. Lo aceptamos, hasta cierto punto.
Por otro lado, en casos como el de 'Alien: Covenant', que se integran en una saga, juegan también una serie de elementos, reglas y exigencias, en ese contrato tácito que se establece entre el director y el público que ha pagado la entrada. Espectadores, muchos de ellos fans, con ciertas esperanzas que podrían resumirse en: "No me aburras, dame lo mejor de Alien y me tendrás a tus pies". Ridley Scott lo intenta pero fracasa.
Tras dirigir 'Alien' (1979) en los inicios de su carreta, con 41 años, y lograr un auténtico clásico, el inglés retornó a la franquicia siendo ya un septuagenario. Con la criatura manoseada y aparentemente agotada en varias secuelas, Scott proponía un viaje diferente, una exploración de la mitología, con la ambiciosa 'Prometheus' (2012). Las grandes expectativas generadas dieron como resultado un éxito de taquilla pero los comentarios de la crítica y gran parte del público fueron mayormente negativos.
Se defendió la puesta en escena de Scott, el trabajo de los actores y algunas ideas, así como la apuesta por un cuidado espectáculo de terror que, ante todo, dejaba la sensación de una oportunidad perdida. Se entendió que el guion, con personajes muy tontos y demasiadas preguntas sin responder, arruinó lo que podría haber sido una sólida entrega en la franquicia.
Damon Lindelof fue señalado como principal culpable y retirado de la siguiente entrega. Scott confesó hace poco que los palos a 'Prometheus' cambiaron sus planes, y tras decir que el Xenomorfo estaba frito, decidió recuperarlo y responder a todas las cuestiones abiertas en la precuela. Así las cosas, 'Alien: Covenant' pretendía ser todo lo que 'Prometheus' quiso ser y no pudo, un Scott con las lecciones aprendidas, otro buen reparto y Xenomorfos desatados.
El increíble resultado es que 'Covenant' ha mejorado 'Prometheus'. Lindelof no arruinó la franquicia, intentó darle una profundidad que no encajó con el resto de elementos, y en todo caso, no fue capaz de arreglar el desaguisado que le presentaron cuando se incorporó al proyecto. Ofrecer respuestas a los enigmas es un camino muy arriesgado y los creadores de 'Alien: Covenant' no demuestran tener el ingenio para ofrecer soluciones convincentes.
La saga no necesitaba resolver sus misterios con las sobras de 'Prometheus'. Necesitaba recuperar el vuelo con otra gran aventura de terror que nos dejara al borde de la butaca, con la atmósfera, la intriga y el espectáculo de sus mejores entregas. Pensábamos que Scott podría hacer otra 'Alien', o su propia versión de 'Aliens' (1986), pero parece que ese tiempo ha pasado. Y quizá debamos dejar de engañarnos cuando nos venda la siguiente 'Alien', que por lo visto quiere rodar en los próximos 14 meses.
Para concretar y señalar los problemas de 'Alien: Covenant', todo lo que la hace absurda y aburrida (incluso irritante en ocasiones, por cómo destroza la mitología), he decidido hacer un listado enfocado en las decisiones y motivaciones de los personajes, todavía más tontos que los de 'Prometheus', pero también sobre los momentos más absurdos del guion:
Un prólogo para subrayar. Es decir, Peter Weyland (Guy Pearce) era tan mediocre que creó a un androide, se puso a dialogar con él, y se enfadó porque le señaló un detalle evidente. Le castiga obligándole a preparar té, y David (Michael Fassbender) comienza a preparar su venganza. Así que, en definitiva, la estupidez humana creó al monstruo.
Empezamos la aventura con una avería aleatoria que mata al capitán de la Covenant. Justo al capitán. Que además, es James Franco. Usar a este actor para este giro es una broma sin gracia que rompe el efecto dramático que debería tener su pérdida. Por cierto, ¿explota y se quema su cápsula? Supongo que invertir tanto en crear androides perfectos implica hacer recortes por otro lado...
Ocupa su lugar el personaje menos indicado para liderar el grupo. La inseguridad y la fe de Oram (Billy Crudup) podrían ser matices interesantes para explicar su comportamiento pero acaban simplificándole: todas las decisiones que toma son erróneas en base a eso.
Toca arreglar la nave: una tediosa escena sin intriga ni verdadero contenido, insertada como excusa para que la tripulación reciba la señal de Elizabeth Shaw (Noomi Rapace). En 'Alien', sencillamente, el ordenador recibe un mensaje de socorro. Sin más. Aquí tenemos que "alucinar" con los efectos visuales para llegar al mismo sitio...
¿Seguimos el camino trazado al paraíso o nos arriesgamos a morir y perderlo todo por una señal perdida procedente de un planeta desconocido? Por supuesto, el capitán elige la segunda opción, y se hace eso. Sin más. Aquí me pregunto: ¿por qué no hay un representante de los colonos despierto y defendiendo sus derechos? ¿Ningún miembro de la tripulación, ni el ordenador central, plantea que la inversión del viaje o que los colonos pueden demandarles?
¿Por qué baja un grupo vulnerable que incluye al capitán y a la esposa del piloto? Puestos a descender para explorar un planeta de amenazas desconocidas, ¿por qué no bajan soldados y el androide? De hecho, ¿por qué no hay más militares y androides en esta misión?
Salen de la nave y exploran el planeta sin cascos. Ya puestos, me extraña que no salieran desnudos y se pusieran a procrear ahí mismo entre los campos de trigo... Por cierto, ¡fundamental que haya un personaje experto en trigo!
Vísteme despacio que tengo prisa. Cuando resulta evidente que uno de los miembros de la expedición está muy enfermo, y que, por lógica, ha sido causado por ALGO que hay en el planeta, las reacciones son increíblemente calmadas. Como si fuera algo normal y fácil de solucionar. De hecho, el grupo del capitán camina tranquilamente sin reflejar alarma en sus rostros ni plantearse la opción de que algunos de ellos se adelanten para ayudar.
¡Explotemos la nave! Faris (Amy Seimetz) cierra la sala médica, cuya puerta tiene un cristal fácil de romper, y se pone a disparar como loca, cuando lo más lógico habría sido cerrar la nave, dejando al bicho dentro, y esperar ayuda. Dejar allí o no a la compañera supongo que es discutible, aunque creo que lo normal habría sido ayudarla mientras el bicho no ha salido del todo o aún es vulnerable.
Y ahora es de noche. Ridley Scott decide que en este planeta oscurece de pronto, en un instante, justo cuando explota la nave y surge el segundo monstruo, y que nadie sabe realmente disparar.
Sigamos a esta figura misteriosa a cualquier sitio. Sin preguntar, sin cuestionarse quién es y a dónde les lleva, la tripulación de la Covenant toma al encapuchado David como única solución desesperada, adentrándose por las ruinas de una ciudad que, pienso yo, debería provocarles cierta dosis de escalofrío y desconfianza.
David, el artista/científico loco en el que debemos confiar. Soy un androide solitario con melenita que cuenta una versión de los hechos cuanto menos sospechosa, llama "hermano" a Walter y defiende a un Xenomorfo que acaba de arrancar la cabeza a un miembro de la tripulación. Pero nadie piensa en tenerlo vigilado, en que quizá sea un peligro. Y el capitán llega más lejos, baja solo al sótano para comprobar qué tiene que enseñarle... ¿serán unos maravillosos dibujos eróticos?
El hombre nos creó para servirle, así que voy a jugar con el ADN de este monstruo para extender el horror por el universo. ¿Dónde está la lógica en el plan de David? Crear más androides, tiene sentido; liberar el virus que acabó con los ingenieros (más avanzados que los humanos), tiene sentido. Desarrollar nuevas mutaciones del Alien... ¿para qué? ¿Por diversión? Vale...
Si un Fassbender conoce a otro Fassbender, lo normal es que le enseñe a tocar la flauta. ¿La escena más vergonzosa de toda la película? Si no lo es, se queda cerca.
Los tiempos de "fecundación" y crecimiento del Alien se acortan increíblemente. El facehugger apenas pasa unos segundos en la cara de Lope (Demian Bichir) pero es suficiente para soltar su semilla. Y el Xenomorfo alcanza su estado adulto rápidamente, tras romper el pecho el ingenuo Oram (por cierto, el alien parece a punto de ponerse a bailar ante las indicaciones de David, como un fan de Baby Groot).
El piloto de la Covenant arriesga la seguridad de la nave y a todos los colonos porque está preocupado por su mujer. En este momento, me pregunto: ¿de verdad es una buena idea que toda la tripulación esté emparejada? ¿No hay solteros? ¿Qué pasa si muere uno de la pareja, el otro se suicida o se va a casa? ¿Y no hay una tripulación suplente? Sólo colonos dormidos...
Walter sabe que David es una amenaza pero deja que se le acerque al cuello. ¿Y se hace el muerto para luego salvar a su querida amiga? Después de las reflexiones a lo 'Blade Runner' y los momentos homoeróticos entre ambos, llega una pelea totalmente absurda y confusa que lleva a 'Alien' a terrenos más propios de 'Terminator'.
Sube un androide con los supervivientes y nunca ponen realmente en duda que es Walter. Tiene que ser Walter. Por el pelo. Y por la mano. Es imposible que David se haya cortado una mano para sobrevivir...
Después de todo, una escena gratuita de sexo. Porque lo que más apetece después de una matanza que ha podido acabar con toda la tripulación, es meterse en la ducha para interpretar un videoclip erótico. Claro, en el tráiler quedaba de fábula.
Hasta aquí mi repaso a los momentos más incoherentes, absurdos y tontos de la película. Seguro que me dejo algunos más. Espero que uses los comentarios para aportar alguno más o debatir sobre el guion de 'Alien: Covenant'.
Hacer un repaso a través de los numerosos créditos como director de Ridley Scott es una tarea que podría afectar seriamente a la salud mental del cinéfilo más aguerrido. Ser consciente de que títulos como ‘Thelma & Louise’, la siempre reivindicable ‘Black Hawk derribado’, o su fantástico debut ‘Los duelistas’ comparten filmografía con ‘Exodus: Dioses y reyes’ o ‘Robin Hood’, alimenta la sensación de que vivimos en una mentira, y la creencia de que Scott no es el infalible cineasta de culto que todos creíamos.
Centrándonos exclusivamente en su labor dentro de la ciencia ficción, ocurre algo similar. Los aficionados al género debemos agradecerle eternamente clásicos imperecederos como ‘Blade Runner’ y, por supuesto, ‘Alien: El octavo pasajero'. No obstante, lo que Scott nos da, Scott nos lo quita; y el padre de una de las sagas más queridas por el fandom ha terminado convirtiéndose en su destructor, hecho que ha confirmado definitivamente la reciente ‘Alien: Covenant’.
Ridley Scott: Genio venido a menos
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Duele hacer retrospectiva sobre el origen de la antología ‘Alien’ y el magnífico ejercicio de tono, forma y estilo que ejecutó Scott en 1978; especialmente después de haber digerido a duras penas ‘Covenant’. En esta nueva precuela, casi reboot encubierto de ‘El octavo pasajero’, resuenan muy débilmente los ecos del genio artesano que cambió el terror espacial a bordo de la Nostromo hace casi cuatro décadas.
Poco o nada, más allá de las desvirtuadas criaturas protagonistas, queda ya de aquél terrorífico mecanismo de relojería repleto de giros imprevisibles, gusto por el detalle y la sencillez, y un empleo magistral del suspense capaz de coexistir con las secuencias más violentas e impactantes. En su lugar, el —impecable— espectáculo audiovisual, vacuo, e innecesariamente pomposo de ‘Covenant’, toma las riendas de una franquicia que ha perdido su esencia por completo.
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A pesar del descalabro, parte del código genético del Ridley Scott de finales de los setenta permanece intacto entre secuencias de acción poco inspiradas, personajes olvidables, y disparates argumentales que tiran por tierra el mito del aterrador xenomorfo. El buen gusto a la hora de construir escenarios y crear mundos y, sobre todo, su maestría en cuanto a diseño de producción se refiere, continúan intactos cuarenta años después.
No obstante, contar con un Scott evidentemente fuera de forma, poco inspirado y que, a juzgar por sus últimas declaraciones, ha perdido el rumbo dentro de su propia creación, ha hecho flaco favor a una saga caracterizada por su carácter regenerador, y que ha ido innovando a cada nueva secuela estrenada.
Una franquicia de autores
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No cabe duda de que, más allá de xenomorfos, sintéticos y fluídos corrosivos, el verdadero leitmotiv de la franquicia, al menos hasta la aparición de su primera precuela, ‘Prometheus’, fue su capacidad de ofrecer un producto refrescante y radicalmente diferente al anterior continuación tras continuación.
El marcado sello de autor de los directores responsables de las tres secuelas de la original, sirvió en bandeja la que, a día de hoy, continúa siendo una de las sagas más heterogéneas que puedan disfrutarse. Desde el thriller de terror de Ridley Scott hasta la rareza firmada por Jean Pierre Jeunet en el 97, pasando por el controvertido debut de David Fincher con ‘Alien3’ y la orgía de acción sin concesiones de James Cameron en ‘Aliens: El regreso’; todos y cada uno de los rubricantes y sus obras han contribuido a llevar un paso más allá el universo ‘Alien’.
Es por esto que el regreso de Scott en las dos últimas entregas, sumado a su afán por tomar control total sobre la licencia, no sabemos si por puro ego, por amor incondicional hacia ella, o por el olor de un buen fajo de billetes, se antoja aún más difícil de procesar a juzgar por los resultados vistos en pantalla y la falta de enfoque de los mismos.
‘Prometheus’: El principio del fin
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El comienzo del declive de ‘Alien’ vino con una ruptura drástica frente a lo establecido hasta la fecha. Scott aterrizó en las salas de todo el mundo con una ‘Prometheus’ que, más que plantear una precuela de los acontecimientos derivados de ‘El octavo pasajero’, parecía iniciar una nueva franquicia que tomaba como referencia el imaginario ya existente, y que terminó enlazando de forma inconexa con la original.
Con la perspectiva que da haber padecido ‘Covenant’, pensar en ‘Prometheus’ resulta, sorprendentemente, menos doloroso de lo que debería. Desatinos narrativos y ridiculeces argumentales aparte —que las tiene, y a espuertas—, la cinta de 2012 constituye una obra de ciencia ficción con tintes de terror más que decente, que cae en los terrenos del auténtico despropósito al integrarla en la mitología ‘Alien’.
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Esta, precisamente, fue la principal queja de las legiones de seguidores de la saga, ansiosas por ver los orígenes que condujeron al horror vivido por Ripley y la tripulación de la Nostromo. En lugar de esto, presenciaron una suerte de reinicio del “alienverso”, con exceso de cháchara e ínfulas intelectualoides y sin rastro de todo aquello que hizo grande al largometraje del 78.
Ridley Scott dio por concluida la travesía de los xenomorfos por la gran pantalla, y se encontró con la furia de un fandom que terminaría dando la vuelta a una tortilla de la que ni tan siquiera su responsable directo conocía los ingredientes. De este modo, Scott, dejando entrever que no poseía un rumbo fijado para ‘Alien’, ha rectificado en una ‘Covenant’ que no ha hecho más que dar la puntilla a la antología.
‘Covenant’, Scott, y el tridente de Shiva
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Resulta irónico que uno de los ejes temáticos sobre los que pivota ‘Alien: Covenant’ sea el concepto de la creación y la naturaleza del creador como ente megalómano capaz de obrar un milagro y, al mismo tiempo, de causar el mayor de los desastres. Dentro de este contexto, la figura del propio Ridley Scott podría verse reflejada sobre cierto personaje troncal del filme, cuyo arco no dista mucho del del realizador profanando su propia obra.
Motivos para considerar ‘Alien: Covenant’ como una profanación del universo co-creado por Dan O’Bannon no faltan. Scott, atendiendo a los comentarios de los fans, ha dado a luz una suerte de híbrido entre ‘Prometheus’ y su obra maestra protagonizada por Sigourney Weaver, unificándolas torpemente y ubicándolas en una desalentadora tierra de nadie. El resultado cae en los límites del absurdo y la pedantería de su predecesora, y en la reconversión del alma de ‘El octavo pasajero’ en un sucedáneo de slasher espacial hueco y decepcionante.
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Los shivaístas creen que el tridente que porta la deidad Shiva en sus representaciones simboliza la combinación de los atributos de creador, destructor y regenerador. Dichas cualidades casan a la perfección con la relación entre Ridley Scott y la saga ‘Alien’. Dentro de esta dinámica, el realizador nos regaló una obra maestra que derivó en una saga y un universo expandido de una riqueza envidiables para, más tarde, pervertir su propio trabajo hasta prácticamente arruinar su leyenda.
En lo que respecta a la regeneración, la única opción plausible que puede barajarse para recuperar la esencia del “alienverso” es la salida del mismo de un Ridley Scott obcecado en permanecer al frente de la franquicia cueste lo que cueste. Un empecinamiento que ha dejado en el limbo la esperanzadora ‘Alien 5’ que estaba gestando Neill Blompkamp, y que nos está haciendo creer más que nunca que Jorge Manrique estaba en lo cierto cuando decía que “cualquier tiempo pasado fue mejor”.
De un tiempo a esta parte las precuelas, secuelas tardías y reboots llenan las multisalas quemando el último cartucho del branding como forma de creación. Las reacciones a los distintos experimentos que tenemos oportunidad de ver van desde el conformismo al cabreo monumental de aficionados a títulos de culto. En el caso de la saga ‘Alien’ la cosa responde a una secuencia de reacciones, cuanto menos, dignas de estudio.
De unas primeras sensaciones desde lo tibio a lo entusiasta, la opinión en redes sociales se va agriando hasta crear un subconsciente colectivo de rechazo a ‘Prometheus’ que se toma como opinión generalizada. En principio, la decepción con el filme provenía de su desvinculación con la serie de películas de ‘Alien’ que conocemos, otros sectores detallan exceso de pretensiones, y un tono de serie B inintencionada que no casa con sus elevados referentes culteranos.
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Universo paralelo
‘Prometheus’ tiene unas cuantas taras y momentos que caminan por la delgada línea que separa lo arriesgado y lo ridículo. Pero en su locura de ideas y soluciones visuales, su mitología paralela a la saga bajo la que está amparada y sus sólidas bases de ciencia ficción ancestral se encuentra una película única, una explosión de coherencia dentro de su caos interno que la hace una propuesta atractiva y perfectamente disfrutable, siempre que se tenga claro que no es una precuela como tal, sino el desarrollo del universo ‘Alien’ que Scott habría querido.
Todos sabemos cuáles son sus puntos débiles: esos personajes estúpidos, esos san fermines delante de un derelicto rodante, esa colocación de vasijas cual huevos de alien… ni siquiera los excelentes montajes extendidos de fans a base de escenas eliminadas logran solucionar estos problemas. Sin embargo, su visionado funciona a contrapelo de los deseos de quien espera ver una película de la serie, o al menos de terror espacial influenciado por la original. Cuesta acostumbrarse a saber de qué va realmente, pero Ridley lo tiene claro. Otra cosa son las expectativas.
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Como obra de ciencia ficción y horror, además de explorar los temas disgresivos planeados por Ridley Scott desde los tiempos de ‘Blade Runner’ (1982), incluye una serie de elementos presentes en la ‘Alien’ original que no pasaron el corte presupuestario. La idea de una pirámide diseñada para el ‘Dune’ de Jorodowsky, jeroglíficos y toda una atmosférica exploración en busca de los creadores de la raza humana que se basa directamente en los relatos de Lovecraft ‘En la noche de los tiempos’ y ‘En las montañas de la locura’, que ya apuntaba Dan O’Bannon en su guion original.
La visión de Ridley Scott
Tenemos, pues, que el artificio de la precuela es más bien una excusa, ‘Prometheus’ es una extensión de la primera, para acercarse a esa versión anhelada de un ‘Alien’ de tres horas de Scott. El director invoca a otros nombres fuertes de la ciencia ficción de la rusia de los setenta y pone el copete trazando bridas con su propia visión del universo de Philip K. Dick con una visión de la ansiedad vital replicante personificada en David, un androide genial que resulta ser lo mejor de ‘Alien: Coventant’, la cual repite todos los temas de esta pero forzando torpemente sus nexos al universo original.
La lógica de adns alterados, extrañas salsas cósmicas que crean monstruos, parásitos y mutaciones impredecibles recoge algo que había perdido la saga desde su primera secuela. Lo que nos repugnaba, asustaba e impactaba de la primera es que no entendíamos esa nueva forma de vida. Veíamos su modus operandi, lo observábamos con pavor y fascinación. Era desconocido, extraño y biológicamente “incorrecto”. Por ello el elemento incoherente y mutágeno de los experimentos de los ingenieros resulta atractivo, peligroso, desconocido y grotesco. Es precisamente la falta de lógica aparente lo que se echaba en falta.
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La potencialidad celular de las criaturas y engendros de ‘Prometheus’ no entran dentro del canon que conocíamos. Pero mandan un mensaje a nuestro cerebro de que algo tan extraño como un alien sólo podría haber salido de una serie de procesos aleatorios de ese calado. Scott no explica nada y por ello, el efecto subconsciente triunfa dónde no lo había hecho el género en muchos años. La necesidad de recibir todo mascadito, preparado y explicado recibe aquí una vacuna de choque. Puro delirio de cine de criaturas.
Un cocido de ideas, terror y gran ciencia ficción
Todo se adereza con elementos añorados en el género. Scott Propone una ciencia ficción expansiva, literaria, con una subtrama de ingenieros, colonos interplanetarios que crean a la raza humana por puro accidente. Los hombres se retratan como meras marionetas, un mensaje irreverente, anticreacionista y maquillado como ciencia ficción de palomitas, cuando el hecho de ser una variación (un experimento fallido, más bien) de una especie avanzada implica un desafío a muchas teorías de la creación reales y un pavor primigenio ante nuestra insignificancia en el cosmos.
Si a este cocido de violencia, conceptos de horror lovecraftiano e ideas le sumamos una concepción visual preciosista, cuidada y con una escala de acción y puesta en escena esplendorosa, ‘Prometheus’ merece una segunda oportunidad, más hoy cuando ‘Alien:Covenant’ ha demostrado que sus mejores momentos son los que la unen a esta, pese a que no crea elementos novedosos, la nueva mitología creada aquí es un mundo fascinante, puro aceite contra agua cuando se acerca al de las secuelas tradicionales y solo por ello merece un poquito, solo un poco más, de respeto.
Gracias a 'The Leftovers', una serie que ha ido de menos a más, Damon Lindelof vuelve a ser el cotizado creador que fue hace años, antes de que el final de 'Perdidos' ('Lost') y la decepción general con 'Prometheus' provocara que su talento fuese duramente cuestionado. De nuevo en el calendero, al guionista y productor le han preguntado por 'Alien: Covenant'.
Lindelof participó en conversaciones sobre la secuela pero Fox y Ridley Scott no contaron con él; el resultado es que 'Covenant' ha recibido peores críticas y haciendo menos dinero en taquilla, lo cual está llevando a la reivindicación de 'Prometheus'. Lindelof no parece guardar rencor ni al estudio ni a Scott, quien al parecer le informó claramente de sus intenciones y podría retomar las ideas que discutieron para continuar la franquicia.
"Creo que una de las conversaciones que tuvimos al final de 'Prometheus' es que, básicamente, Shaw y David han fijado las coordenadas del planeta donde proceden los Ingenieros. ¿Cómo es ese planeta? Ridley lo llamó el Paraíso. ¿Qué pasa cuando aterrizan a ese planeta? No parece que hayan llegado todavía allí en 'Covenant'."
Es decir, si Lindelof no se equivoca, 'Covenant' es como un desvío en el viaje que emprendieron Shaw y David al final de 'Prometheus'. ¿Por qué se detuvieron allí en lugar de continuar? Bueno, si has visto la película sabrás que el androide realiza una serie de "actividades" que podrían explicar la necesidad de una parada, antes de dirigirse realmente al hogar de los Ingenieros. O quizá Scott, simplemente, cambió de idea, ya sabemos que modificó su plan inicial.
Lo cierto es que hace dos años anunció que la secuela de 'Prometheus' se titularía 'Alien: Paradise Lost' ("Alien: Paraíso Perdido") y lo que narra en 'Covenant' no encaja con las declaraciones que hicieron Lindelof y Scott cuando se estrenó 'Prometheus' y hablaron de cómo pensaban continuar la saga; su idea era centrarse en el viaje de Shaw y David al planeta de los Ingenieros, mostrando que el verdadero "paraíso" no encajaba con las bonitas ideas religiosas que tenemos en la Tierra.
Jesucristo alienígena y la problemática continuidad
Incluso, Scott se planteó deslizar el concepto de Jesucristo como uno de los Ingenieros, enviado para darnos un aviso; y al ver que fue crucificado, estos "dioses" decidieron acabar con nuestro planeta (imitando la premisa de 'Ultimátum a la Tierra'). Así que quizá no hubo sólo un cambio de título sino de guion y la llegada al "Paraíso" podría ocurrir en la siguiente entrega. De hecho, Scott afirmó antes del estreno de 'Covenant' que rodará la próxima 'Alien' en los próximos 14 meses, intención que encaja si ya tiene el proyecto avanzado.
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El hecho de que Scott quiera rodar al menos otra película más de la saga (de cuatro ha bajado a "una o dos") podría deberse también a un deseo por aclarar detalles que parecen romper la lógica de la saga. Sin soltar spoilers, hay cuestiones relacionadas con el Xenomorfo y los Ingenieros que no encajan con lo que vemos en 'Alien' (1979), cuando 'Prometheus' y 'Covenant' son precuelas de ésta. Por ejemplo, ¿por qué el "Space Jockey" original es tan grande? ¿Y cómo llegan los huevos a la nave que se encuentra la tripulación de la Nostromo?